jueves, 15 de octubre de 2009

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Resulta difícil de explicar que habiendo tanta gente que detesta la iglesia sean tantos los que se persignan al pasarles en frente. Me da la impresión de que hay intersecciones entre esos dos conjuntos... ¿ejemplos más claros de la historia hecha cuerpo?

1 comentario:

Egolastra dijo...

Como aquel señor conocido por su antireligiosidad que viendo la procesión y encontrándose ante el Cristo llevado a hombros, saludó levantando el sombrero.
Ante la extrañeza de sus conocidos, replicó: "Dios y yo nos saludamos pero no nos hablamos."

Como bien dices, gestos o costumbres inoculadas por la historia en los hombres.