jueves, 30 de diciembre de 2010

431

Es recurrente ver vinculados el pensamiento con el insomnio. La cantidad de veces que pensamos para dormirnos es más frecuente de lo que parece.

lunes, 27 de diciembre de 2010

430

No me confundan con quien quiero ser. Ya bastante me cuesta mantenérmele a raya.

viernes, 24 de diciembre de 2010

429

No se puede ser "un poco absoluto". Es necesario perder toda comparación o entenderse sin sufrir entre ellas.

viernes, 17 de diciembre de 2010

428

La educación en valores me deja, en principio, ante dos lecturas, viendo que nunca se trata de educación en valores "de otro". Por el lado de la coherencia, no habría problema: el que los imparte lo hace desde su práctica, puesto que no impartiría valores que no fueran los suyos. El problema es que eso también representa un deslizamiento peligroso: educación en valores se convierte en educación en "mis" valores, es decir, hacerte receptor de mi punto de vista.

jueves, 16 de diciembre de 2010

427

Cuando el decadentismo se apodera por completo de la sensibilidad y tanto fuera como dentro de mi mismo (si la sinceridad no se aplica de manera restringida hacia lo que ¡por Dios! no implica mi intocabilidad) no veo más que ridiculez y absurdo, siento ganas de gritar "ah, pero no es serio, es actual".

426

Golpea la puerta de mi casa un vendedor ambulante de libros. Pregunta qué estudio: "filosofía". Y comenta, luego de aclarar que no tiene nada para ofrecerme, que "es muy amplia la filosofía". Me intriga cómo debería tomar ese muy.

sábado, 11 de diciembre de 2010

425

Atacar un centro de creación de significados, ¿es atacar lo que nuclea, la comunidad que genera y sostiene? No hacerlo por miedo a la posible atomización de la sociedad, ¿no es suponer que sus integrantes son incapaces de generar significados por sí mismos?

jueves, 9 de diciembre de 2010

424 - Acelere post-Lilus Kikus

Si aceptamos que entre las condiciones de producción de una obra poética el único límite es la voluntad del creador y los recursos que tenga a su alcance para concretarla, y entre las condiciones de recepción no existe ningún límite, puesto que la interpretación siempre es nueva en algún sentido y a la obra nunca acontece el quedarse sin posibilidades de evocar una interpretación, y en muchos casos ni siquiera su materialidad se preserva idéntica a sí misma, tenemos que la política explícita, consciente de sí, reflexiva, no puede ser imperativo, sino que se considera una posibilidad entre tantas. Como manifestó León Ferrari ante el rechazo o la clausura -no recuerdo exactamente la causa- de una de sus exposiciones: si una obra puede ser censurada por su contenido político positivo (en tanto afirmación) manifiesto, entonces la crítica tampoco puede ejercerlo en sentido negativo. De fondo está presente la asunción de que la crítica es parte del arte, y, como tal, no ostenta una legalidad propia.
Por esto, entiendo que la creación artística que sea abiertamente política no tiene por eso un menor valor que, por ejemplo, un autorretrato hecho como ejercicio personal de figuras humanas. Incluso más: ¿por qué no considerar al arte instrumentalmente? ¿Por qué no contarlo entre las estrategias para la consecución de fines ulteriores? El arte por el arte, el autotelismo (fin en sí mismo), ¿es más digno? ¿Es posible? ¿No es siempre manifestación de algo presente en alguien? ¿Qué hay en ese alguien que sea cualitativamente distinto cuando se trata de política o de sentimientos? ¿Acaso la política no es un sentimiento?
Dudas express tras la lectura aparentemente inocente de Lilus Kikus, de Elena Poniatowska. La sensación que me queda es que nunca es excesivo remarcar que lo político no está subordinado a lo partidario, sino al revés, y que si alguna vez que escribo 'político' alguien lee ahí 'partidario', entonces no ha sido comprendido lo que dije a la manera en que yo hubiera querido. Sin embargo, no deja de ser una posibilidad dentro del abanico de proyecciones que cada uno hará a partir de su contacto con una obra, y si yo pretendiera negar de antemano esa lectura posible lo único que haría sería dejar en claro mi estupidez y dejar registro escrito, como si me viera en un espejo, de mi parecido con un censor.
Valga esto para la relación arte-religión, es decir, ¿con qué elementos contaría un crítico para impugnar la politicidad y no así la religiosidad? Valga esto también para la relación religión-catolicismo, es decir, no se vayan a confundir los términos...

miércoles, 8 de diciembre de 2010

423

Además de la obvia razón del escepticismo congénito regado con 2000 años de historia que traemos en la sangre, si algún Cristo reapareciera, o apareciera por primera vez -ya que ninguna persona podría asegurar con una dosis mínima de honestidad intelectual que tal personaje haya existido-, nadie se daría cuenta de quién se trata porque, básicamente, nada se sabe de cómo lucía él, más allá de una serie de rasgos genéricos que podrían atribuirse con más racismo que rigurosidad a las personas que vivieron en la zona en la que cuentan que vivió. La divergencia entre las imágenes deja pie, de nuevo, al escepticismo: para cada elemento de la multiplicidad que compone el conjunto de representaciones hay un argumento de igual peso para suponer lo contrario y bienvenida la suspensión del juicio, vuelta a la nada (entendámonos, a una nada fértil, rica en potencialidades).
Es decir, esta mitología de la antigüedad bien podría ser asumida como tal y dejarnos de tanta vuelta al mundo en ochenta papamóviles y ahorrarle al planeta la cuota de calor que recibe de parte de incensarios y velas. Agreguemos como dato favorable a nuestra época que tenemos una buena cantidad de psicólogos y psiquiatras dispuestos a ofrecer ayuda profesional a quienes se autoflagelan o a interesados en recibir el filo metálico de una lanza en el costillar.
Por suerte, el déficit de imaginación que me acompaña no me permite imaginar cuánto revuelo se produciría si hoy se manifestara John Lennon reencarnado. Eso sí que superaría la cúspide de la adulación y la insoportabilidad conocidas, y tal vez el máximo alcanzable, ya que cada vez les cuesta más a los ídolos consolidarse pasados los quince minutos.
Así como no reniego de que pensemos en conciencia-en-el-mundo de la fenomenología, o, como mínimo, un hilemorfismo aristotélico que no se lleve a otro sitio lo relevante de éste sino que lo festejo, no me aflijo porque un inglés haya muerto, sino que encuentro en el post rock perspectivas enormemente más enriquecedoras y abiertas que la musiquita pegajosa con peace y copy-paste del corte de pelo, la ropita y los anteojos cruzando una senda peatonal que en cualquier momento me va a producir arcadas.
Los festejos por aniversarios de las muertes o los nacimientos de muertos son algo que me parece más ridículo aún que los cumpleaños.

martes, 7 de diciembre de 2010

422

Al querer barrer con todo nos percatamos de que la mugre es una parte constitutiva del suelo que pisamos.

lunes, 6 de diciembre de 2010

421

¿De qué serviría la libertad abstracta que parece que queremos? Si fuera tan general, no la sentiríamos -como no sentimos el ser-. En términos concretos, este deseo abstracto es deseo de nada. Como reemplazo, un deseo fugitivo, un anhelo a la sombra de la maraña discursiva. Persecución de todas las libertades posibles, pero nunca de la libertad. Otra propuesta abstracta, como usted verá.

domingo, 5 de diciembre de 2010

420

Día 1: visito un reclamo. Día 2: me invitan a escribir algo al respecto.
Creo que si hubiera alcanzado el nivel de alienación discursivo que hace falta para repetir más de cinco veces pueblo en un texto de una página, podría incluso postularme a caudillo.

jueves, 2 de diciembre de 2010

418

Se me hace confusa la diferencia entre un pacto social que no hubiera firmado y un pecado original que no cometí.
Pese a eso, al último lo cometería infinitas veces.

417

Alguien que dijera "me interesa lo que verse sobre la filosofía, no lo que versea al respecto" tal vez sería todo un especialista, sentiría que restringió severamente su campo de estudio.

miércoles, 1 de diciembre de 2010

416

Hume en un momento de elevada reflexión podría decir, ante la impresión de una mujer parada adelante suyo, "extrañé por costumbre no tus ojos, que no tengo manera de saber si existen fuera mío, sino la idea compleja de ojos de un cuerpo al que puse tu nombre", o algo así.
Afortunadamente, el empirismo inglés no es la erótica, y podemos hablar de otra manera, antes y después de tocarnos. El erotismo es realista.