sábado, 10 de octubre de 2009

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En la movilidad interna característica de todas las ciudades podemos ver un ejemplo de por qué el sedentarismo llena de mugre el entorno en el que se manifiesta. En una calle normal, hasta comercial -por eso, cuidada celosamente su higiene OH y su brillo OH-, una de las partes más sucias es aquella en la que para el colectivo. El nomadismo de los demás lugares los protege -en la medida de lo posible-, la quietud con la que se espera el colectivo llena de colillas de cigarrillos, papeles de golosinas, escupitajos, chicles. Me metí un ticket basura en el bolsillo para no ensuciar más, y me sentí raro ahí.

5 comentarios:

Juan Rizzo dijo...

y sí... también hay un poco de rencor a ese sedentarismo cíclico y discontinuo que imponen lugares como las paradas de colectivos (esos lugares donde hay que quedarse para poder alejarse lo más pronto posible). Por ejemplo, la verdadera función de la secretaria del dentista es hacer de barrera simbólica para evitar que el tedio acumulado derive en arrasador estallido anárquico.

(PD: hoy ando "comentero", sepa disculpar)

franco dijo...

Grrr, qué bronca me dan los que mugran demasiado.

PD: Vaaamos, che, no seas burgués emocional disculpante. Me gustaría charlar de nuevo un rato cuando andes con tiempo. Pintaban para buenas las charlas.

Clarisa En El País De Lo Jamás Visto dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Juan Rizzo dijo...

Al final me había olvidado de comentar en este. A mí también me pareció gracioso lo de burgués emocional disculpante. Me parece que por ahí se escondía algún insulto, pero como no entendí bien de qué se trataba, no me tomé el trabajo de ofenderme, jajaja.
En todo caso, ¿qué es lo contrario de "burgués emocional disculpante"? ¿Sería algo así como "proletario emocional culpabilizante"? ¿Qué pasó con tu rechazo a esa "manía cristiana de buscar culpas por todos lados"?
Un abrazo.

franco dijo...

Burguesía emocional es una categoría que me inventé para que las extremas formalidades de todo tipo se alarmen. Juro que es gracioso cómo reacciona alguien cuando le decís burgués emocional. Consistiría en una configuración emocional demasiado proclive a disculpas en este caso :P así como miedo a escuchar "malas" palabras, como a mariconear porque alguien tarda mucho en contestar por msn o no saluda, olvidos de cumpleaños y cualquier tipo de marioneada que si parás dos segundos a pensarlo decís Qué hincha bolas. Si te interesa, probá decirle burgués emocional a alguno que te mariconee porque no tuviste ganas de hacer algo de acuerdo a una convención y se sintió ofendido/a por eso... no les gusta salirse de su comodidad burguesa en la cual pueden prever todo de acuerdo a pautas muuuy estrechamente ("estrechamente") prefijadas. Nunca una revolución ahí.