sábado, 11 de octubre de 2008

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Un amor, por la mañana, se vistió de mundo. Vivió como vive cualquier amor su día, y a la noche, cansado, el amor se desmundó y se acostó a dormir.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Menos mal que vivimos bajo los trópicos, y no en la Antártida, donde la noche llega a durar seis meses... Encima, ahora entramos a la cálida primavera, en la que estas se van haciendo un minuto más cortas conforme el tiempo las corra. ¡Qué hermoso es el mundo! ¡Y qué hermosa la naturaleza! Y qué feos los hombres que no saben apreciar y cuidar lo que esta les proporciona. ¿Se imaginan lo felices que seríamos? Pensemos menos y vivamos más, al fin y al cabo el final es el mismo, pero en el cómo, ahí, en eso, está la diferencia.
Me fui de tema.