Las Confesiones sin San Agustín
Mariconeadas como las del santo
miércoles, 8 de octubre de 2008
24
Hoy me sentí como cansado de esperar. Entonces agarré la desesperación de una oreja y la llevé conmigo al sitio donde siempre debió haber estado.
Entré con la desesperación al sitio.
Y cerré / desde adentro.
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