martes, 27 de abril de 2010

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Si alguna divinidad apareciera, no sé si lo mejor sería aplicarle una dosis de Bakunin y destruirla. Más bien habría creo que exigirle por todos los medios que se circunscribiera a su jurisdicción y que por nada del mundo se saliera de ahí, sobre todo que no se metiera en la ciencia.

7 comentarios:

Valentin Ibarra - (acertijo) dijo...

Teología según Aristóteles.
Cap. XII. Metafísica.
Inmóvil y sin conocer el mundo, por ende sin intervenir en él.
Saludos.

franco dijo...

Para él las cosas caían porque era su lugar natural... y toda una serie de cosas por el estilo.
Cada vez me cae más inconveniente ese tipo.

Valentin Ibarra - (acertijo) dijo...

Era solo una expresión acerca de la lejanía en la que es conveniente pensar a las divinidades.
Ideal para esos momentos en los que se torna incómoda su presencia (posible) en el mundo sensible

(a mi me va spinoza)

V a v o dijo...

Lo primero, yo creo, sería ponerlo a trabajar, en una mina o algo asi para que se gane el pan del que tanto habla.

franco dijo...

Valentín: todavía no llegué a Spinoza en la facu ni me llegó por fuera el interés suficiente como para sentarme y leerlo, aunque va creciendo. En parte culpa tuya.

Vavo: cierto... y que, de paso, deje más en claro cuál es esa gloriosa voluntad que se haría tanto en el cielo como en la tierra.

Juan P. Giusepponi dijo...

Si apareciera, lo haría como la enfermedad más mortal.

franco dijo...

La muerte ya está acá :P parece que no hay otra de alcance siilar.