Las Confesiones sin San Agustín
Mariconeadas como las del santo
martes, 23 de junio de 2009
157
La Rua dos Douradores de Pessoa en mi pecho. Cada adoquín clavándose entre las costillas. Las ruedas de los autos aplastando el corazón. Los pasos de la gente clausurándome la boca. El libro del desasosiego siempre abierto.
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