domingo, 6 de diciembre de 2009

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La tradición de críticos no tiene nada que envidiarle a la de las golosinas: hay un caprichito para cada uno, y en buena honra.
Lo que a mí me intriga es por qué se le reprocha a algunos autores el hecho de que la visión que presentan sea "cerrada" y que de ella no haya manera de escurrirse. ¿De repente las jaulas no son posibles?

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