viernes, 12 de diciembre de 2008

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Hay gente que cree que una persona de un día para el otro se despierta y el amor que profesaba a otro mágicamente desaparece, sin dejar rastros. Yo estoy convencido de que así no funciona. Como si fuera una cuestión de sueño. O de lagañas del olvido...

3 comentarios:

Anónimo dijo...

nop . no es asi. que pesadilla, te imaginas a enamorados y desenamorados diarios, jajaj, paso.

saludo

María (Letras) dijo...

Yo estoy convencida de que uno un día se levanta y dice: ¡por fin! ¡luego de cuarenta años de larga lucha contra el vano amor perdido, he vencido!
Un mes después se levanta y llora. Y así por siempre.

(tengo hasta ahí)

Juan Rizzo dijo...

Las lagañas no tienen la culpa, por supuesto, pero algo que ver tienen...
Si no soñamos para olvidar, para qué soñamos? Amores y odios son cosas de la vigilia, ¿será que el sueño es más sabio? ¿o más justo?

(hágase el favor de no leer aquí intenciones freudianas, que me ofendo y me voy a dormir)