Las Confesiones sin San Agustín: 214

martes, 15 de septiembre de 2009

Riego todos los días el árbol de la paranoia. Cuando el fruto es muy grande -yo no pregunto y vos no aclarás-, te lastimo.

Clarisa En El País De Lo Jamás Visto dijo...: entonces que eras ciego no era tan cierto.
Chau.; 15 de noviembre de 2009, 17:40