Los amantes de las discusiones sobre "la poesía argentina" podrían pensar a partir de la siguiente pregunta: ¿por qué el panorama actual es un meadero lleno de chorros de orín de Fabián Casas y casi ni un Viel Temperley, Fijman o Bustos?
¿Cómo conciliar la moral sacrificial que me autoimpongo, por un lado, con un entorno que no quiere matarse para procurar la armonía relativa de una comunidad nueva?
Aquí, ser visible es ser blanco, Es tener la solidez del blanco, la realización De un extremista en un ejercicio...