lunes, 30 de agosto de 2010

374 - Ay, cuando quise ser académico

Hay una serie de comportamientos que podríamos llamar iniciáticos. Su característica distintiva es que al realizarlos, el o los partícipes, acceden, en una atmósfera de ritual -ya sagrado, ya profano- a un círculo de Otros que ya han atravesado el umbral de la práctica. Esto puede ir acompañado de ciertas acciones directamente sobre el cuerpo, destinadas a dejar constancia de la nueva pertenencia, como por ejemplo cortes, quemaduras, tatuajes, o constar exclusivamente de acciones de carácter psicológico. El paso de un estadio, el previo al ingreso, al otro, el definitivo (del que, en algunos casos se puede salir, mediante formas de apostasía o de excomuniones, por motus propio o por decisión del grupo), es la puerta de entrada a una comunidad, es el punto en que alguien se hace merecedor de la comunión que saca a la persona de la indiferenciación que reina sobre los no iniciados. Ya no se es uno más, se es uno del grupo.
La comunidad a la que ingresan los suicidas, mediante el rito más extremo de todos, quitarse la vida, es digna de atención. ¿Cómo es pensable que alguien quiera ingresar a una época que no podrá vivir? Nostálgicos del pasado abundan, sobre todo en instituciones conservadoras como las univerisdades o los templos religiosos; anhelantes de otras épocas podrían registrarse en el enorme número de consumidores de ciencia ficción en papel, celuloide y merchandising asociado, con el hito que representa la parafernalia Star Wars; en términos generales, hay suicidas cuya excusa es la imposibilidad de acceder a un tiempo distinto al que vive, pero más me interesa el suicida total, el que no ve en la infinitud de posibilidades brindadas y venideras anclaje suficiente para su barco en la vida y se lanza derecho contra la tormenta.

Continuar este texto sería una de las tantas materias pendientes y una de las causas para seguir estudiando.

viernes, 27 de agosto de 2010

373

Mi perrito hermoso se me mete entre las costillas y el codo y me aplasta el teclado, ¿hay alguna mejor manera de señalar que la computadora ya excedió el lugar que merece?

372 - Mística

Sabías que no quedaba nadie, sabías que estabas solo en el inmenso mundo ya, lograda la crisis. Golpearon a tu puerta, lo escuchaste.
¿Ahora ves que el saber no sabe?

jueves, 26 de agosto de 2010

371

¿Estaría mal ser querido por manifestar falta de afecto?

miércoles, 25 de agosto de 2010

370

Querer unificarme en alguna dirección no hace más que añadir un elemento a la multiplicidad que soy, que antes carecía de este componente. Mi anhelo actual solamente contribuye a engrandecer su opuesto. Heráclito se impone de nuevo cuando quisiera mandarlo a la mierda.

martes, 24 de agosto de 2010

369

¿Fue Nietzsche un profeta que no supo que lo era, lo supo y lo fue gracias a que no lo dijo, o por qué se pretende tanto que sigamos sus prédicas?

lunes, 23 de agosto de 2010

368

Tengo la impresión de que muchos machos no aceptan sus derrotas porque al caer en el estado de "con la cola entre las piernas" ven amenazado eso otro que tienen ahí generalmente.

sábado, 21 de agosto de 2010

367 - La cuadratura del círculo y su estatus epistemológico

Saliendo de una más de mis crisis académicas tengo la impresión de que lo que venía haciendo era estudiar la antropología del murciélago. Y no cambio demasiado. Además, la verdad, en griego, aletea.

sábado, 14 de agosto de 2010

366

No es difícil ubicarse en una línea temporal cuando alguien hace referencia al "período de entre guerras". Bonito nombre. Me pregunto si alguna vez hubo algún momento en la Historia que lo mereciera en toda su extensión, es decir, una época, un instante, en el cual no se haya estado desarrollando al menos un conflicto bélico.

sábado, 7 de agosto de 2010

365 - Ah, polisemia!

-¿Qué significa "peculiarmente"?- preguntó el joven.
-La muerte peculiarmente significa, y resignifica, y vacía, en un ciclo cuyos componentes presentan un orden imprevisible- fue la respuesta, apresurada, de su acompañante.

364

Si "yo" soy "yo situado", y situado en comunidad, puesto que si no carecería de importancia el lenguaje, en la autoobservación contemplo algo de los otros que ellos no perciben, así como a mí me es absolutamente ajena la observación practicada por esos otros en su fuero íntimo.
La aspiración a un conocimiento integral de uno mismo, por esto, entre otras cosas, tiene al Otro como partícipe necesario, en términos de una completa fatalidad, al mismo tiempo que como facilitador de un aporte inaccesible por definición de manera autónoma.